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Créditos: Ilustración El Diario
Tiempo de lectura: 3 minutos

Por: Patricia Cortez Bendfeldt

(Advertencia: no voy a poner citas, porque este espacio no lo permite, pero cualquiera puede leer y enterarse)

Hace unos días atendí a un jovencito con una lesión pequeña en el glande. No había secreción, más bien parecía un hongo sin embargo lo mandé a hacerse un examen de secreción.

El resultado del gram de secreción reporta “diplococos gram positivos ocasionales” sin leucocitos, fibrina ni nada más.

Lo consulté con mi maestro porque sentí que faltaba algo y él me dijo “seguramente son stafilococos, no le de tratamiento aún, espere el cultivo”.

Okey, usted que no entendió nada de lo que dije podría buscar en un libro y tal vez entender que la “herramienta de análisis” microscopio de escritorio, ha evolucionado, pero no lo suficiente como para dictaminar que tipo de bacteria es sin tener el cultivo cuando el resto de datos no concuerda con una infección de ese tipo.

Ilustración El Diario

El género no es una ideología, es una herramienta de análisis

El feminismo si es una ideología, pero el género no se ocupa únicamente de mujeres ni de pulsiones sexuales sino que trata de entender por qué, en ciertas condiciones, las personas cambian y no se puede atribuir todo a las diferencias genéticas sexuales.

El análisis de género surge, en parte, de la observación de personas con genética XY o XX cuyo fenotipo (los genitales externos) no concuerdan o son ambiguos y que fueron criados de forma que se acoplen a un género que, en ocasiones concuerda con su fenotipo pero no con su genotipo y como hay o no cambios en cuanto a su desarrollo emocional.

Veamos: una persona genéticamente XY que yo conozco (en mi tiempo de ejercicio médico, 25 años, he conocido al menos 3) fue criada como niña porque padece del síndrome de feminización testicular (externamente es mujer, pero no puede parir, no tiene útero, tiene vagina “ciega” y los testículos se atrofiaron al no descender, están dentro del abdomen) esta persona tuvo su diagnóstico cuando intentó ser madre y no pudo, ya estando casada con un hombre, siempre le gustaron los hombres y su profesión tiene que ver con cuidado de niños.

¿qué pasó aquí? según los que creen que el sexo genético lo determina todo, ella, tuvo que haber luchado “toda su vida” contra la imposición de ropa, costumbres, y hábitos que no iban con su sexo genético, sin embargo no lo hizo, se acopló al fenotipo femenino y es una mujer “femenina” en sus hábitos y costumbres.

Pero eso no ocurre siempre, hay referencias de muchos países en donde mujeres con este mismo síndrome, al crecer, se enamoran de mujeres y deciden vivir con ellas (algunos dirían, “encontraron su verdadero sexo, porque genéticamente son hombres) y otras que “lucharon toda su vida” contra la imposición de un estilo de vestuario que no consideran suyo. No todas se desarrollan igual.

De hecho, la última mujer que diagnostiqué con esto (el año pasado) tiene 40 años y es virgen, nos dijo que “nunca le había gustado estar con hombres” es una mujer indígena rural, soltera, que fue a hacerse el papanicolau porque le dijeron que igual, aunque nunca hubiera “tenido hombre” le podía dar cáncer.

La herramienta “género” nos permite ver que, la expresión de la feminidad o la masculinidad se desarrolla principalmente por presiones externas y sociales, pero es como mi microscopio y mis cultivos: una herramienta de análisis que me permite ver que no todo es genético y no todo es social.

El género no es sino “observar la realidad” como ver por microscopio, “observar lo que no se ve a simple vista” y tratar de explicarle a la sociedad por qué una niña se comporta distinta a otra ya que esto no es genético, sino social.

“ideológicamente” yo no puedo decir “ese jovencito tiene gonorrea” porque, hasta donde él dice no ha tenido contacto sexual en mucho tiempo, así que no habría posibilidad, por lo mismo, la técnica de laboratorio no se atreve a decir “gonococo” porque no hay suficiente evidencia de que eso sea. (Ningún buen laboratorista, radiólogo o similar hace un “diagnóstico” sino propone una explicación a lo que ve)

En su inicio, Von Lehuenhoek fue criticado por el microscopio, la gente “se negaba a aceptar que tenía bichos viviendo en el cuerpo” y su instrumento de análisis (hoy ampliamente aceptado) fue rechazado por algún tiempo, basado en la incredulidad de la gente.

La herramienta análisis de género nos permite abrir la mirada desde otro ángulo, “ponerse otros lentes” entender que no todo es biológico y no todo es social y que existen diferencias que no son explicables por la biología y la genética.

Igual que el microscopio no te quiere “hacer aceptar que todos deberíamos tener cero bacterias en el cuerpo” o lo contrario, la herramienta género no le pide que “crea” o lo obliga a cambiar, sólo quiere explicarle por qué existe gente diferente.

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