Por: Patricia Cortez Bendfelft
Hace algunos años atendí a un hombre que había sufrido un golpe con un leño en la cara, su amigo, un buen samaritano, cuando vio que el parpado estaba lesionado le echó un montón de agua oxigenada. El hombre quedó ciego.
Desde ese entonces, cada vez que le enseño a alguien sobre primeros auxilios dejo claro que no se debe echar agua oxigenada en ninguna herida, y que lo mejor es lavarla con mucha agua y jabón. Aunque entiendo que “les enseñaron así”.
En el tema de educación sexual, el argumento va mas o menos así “no deberían abortar, para que abrieron las piernas, ellas solitas se lo buscaron”. Pero, cuando una pregunta “entonces, ¿debieron usar un anticonceptivo?” la respuesta es “nooo, eso es pecado”, “los anticonceptivos dañan la salud de la mujer”, ” no me gusta que la gente se meta químicos en el cuerpo”, “los condones son feos”, “es como bañarse con capa”.; evidenciando un enorme desconocimiento de cómo funciona el cuerpo femenino y masculino, además de cómo funcionan los anticonceptivos y cuantos hay.
¿Entonces? Así como se culpa al peatón por exponer su vida en lugares donde no hay pasos peatonales, o se le culpa por no usar la pasarela en lugares donde es más peligroso (por la delincuencia) aventarse a intentar cruzar que atravesar una pasarela donde te van a asaltar, no se dirige la atención a lo que en realidad cuenta.
¿Por qué estar en contra de la educación sexual? Primero tenemos que entender qué significa educación sexual.
En ninguna clase de educación sexual del mundo la finalidad es que la gente aprenda a coger. El principal objetivo es que la gente conozca las funciones básicas de sus órganos sexuales y sepa cómo cuidarlos.
En ese sentido, no se diferencia mucho de dar una clase sobre el cuidado de los ojos o una clase de nutrición: muchos de los mecanismos por medio de los cuales funcionan los ojos o se absorben los nutrientes son desconocidos para la mayor parte de la población y su enseñanza nos disminuiría enfermedades en ojos y problemas que se relacionan con la nutrición.
¿Entonces cual es el miedo? A diferencia de muchos animales, el ser humano no tiene relaciones sexuales únicamente con fines reproductivos, por el contrario, la mayor parte de las veces el contacto físico coital no busca la reproducción. Muchas religiones consideran al sexo “sucio” si no se tiene únicamente para reproducirse y eso marca a la gente. Las personas aprenden a “tenerle miedo” a su cuerpo, no a conocerlo y las consecuencias son muchas.
La mayor parte de los programas de educación sexual tienen como finalidad enseñar cómo funciona el cuerpo y cómo se puede evitar lastimarlo, dañarlo o enfermarlo. Además, cuál es la forma de planificar los embarazos, la nutrición del cuerpo para que el niño nazca de la mejor manera.
De la misma forma en que aprendimos “éstas son mis manos y estos son mis pies”, deberíamos aprender “ésta es mi vulva y éste es mi pene”, y poco a poco, así como hemos aprendido a cuidar las manos y los pies, poder aprender a cuidar el resto del cuerpo.
Si a usted le preocupa que esa mujer “abra las piernas” o que ese muchacho “no pueda controlarse”, ¿por qué le niega el aprendizaje?