El ala republicana de Estados Unidos impulsa una iniciativa para incluir un impuesto especial a las remesas que envían la población migrante. El proyecto fue aprobado por la Cámara de Representantes, pero aún queda que sea avalada por el Senado y aprobada por el presidente Trump.
Por Rony Ríos
Aunque en primera instancia, los congresistas estadounidenses no habían conseguido los votos necesarios para aprobar el impuesto del 5% a las remesas, la Cámara de Representantes decidió avalar la iniciativa, pero modificando el impuesto a 3.5% sobre el envío de remesas.
Después de la modificación, la propuesta obtuvo 215 votos a favor de los republicanos y 214 en contra (212 de demócratas y 2 de republicanos). Con la aplicación de este impuesto, los Estados Unidos buscan recaudar más de US$2 mil millones.
Ahora que ya fue aprobado el proyecto en la Cámara, el mismo será presentado al Senado, donde necesitará 51 de 100 votos para ser aprobado. En el Senado los republicanos ocupan 53 escaños, por 45 de los demócratas y 2 independientes (regularmente votan en línea con los demócratas). Si el proyecto consigue ser aprobado llegará a manos del presidente Donald Trump, quien debe aprobar en última instancia la ley.
El economista Guillermo Díaz, de la Universidad Rafael Landívar, indicó que las remesas siguen siendo un pilar clave para la economía guatemalteca. Aún con un impuesto sobre las remesas, hay quienes optarán por mandar más dinero para compensar, o asumirán la reducción. Incluso así, el crecimiento para Guatemala se estima arriba del 10% y las proyecciones siguen apuntando a que el año cierre con más de US$22 mil millones.
La importancia de las remesas para Guatemala
Durante años, las remesas han formado parte fundamental de la economía guatemalteca. La población migrante —principalmente en Estados Unidos— envía dinero a sus familias con la intención de mejorar su calidad de vida. Estos envíos han alcanzado dimensiones extraordinarias: en 2024, las remesas superaron los US$21.5 millardos, lo que representa casi el 20% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Es decir, de cada Q5 que se mueven en Guatemala, Q1 proviene del dinero enviado desde el extranjero.
Este año, solo en los primeros cuatro meses, los migrantes ya enviaron más de US$7.6 millardos y se proyecta que al finalizar 2025 esa cifra supere en más de US$1 millardo al año anterior.
Sin embargo, esa dinámica monetaria podría verse afectada por distintos factores, uno de ellos es la amenaza en el incremento de deportaciones de migrantes en los Estados Unidos y la segunda es el intento por aplicar un impuesto a las remesas.
El flujo económico de las remesas no solo permite que las familias cubran sus necesidades básicas, sino que tiene un impacto multiplicador en la economía. Con el dinero recibido, muchas personas compran alimentos, pagan servicios, invierten en educación o en salud. Este movimiento favorece a los pequeños comerciantes, quienes a su vez reinvierten en sus negocios.
El Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI) estima que cerca del 35% de los hogares en áreas rurales reciben algún tipo de remesa, y en algunos municipios del occidente del país esa cifra supera el 50%. Es común encontrar viviendas de dos niveles o con terrazas en aldeas remotas, y al conversar con los vecinos, se repite una frase conocida: “es que su hijo manda dinero de los Estados”.
Desde un enfoque técnico, el economista Díaz señala que las remesas “benefician a 1.3 millones de hogares, aproximadamente 6 millones de personas” y, que en algunos departamentos, como Huehuetenango, el monto recibido en remesas equivale hasta cuatro veces el total de salarios reportados al IGSS.
“En Jutiapa, por ejemplo, las remesas en 2023 sumaron Q2,685 millones, mientras que los salarios reportados fueron solo Q227 millones; en Totonicapán, los salarios alcanzaron Q293 millones y las remesas Q3,959 millones, es decir, 13.5 veces más”, explicó.
Además, según datos del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), más del 70% del dinero enviado se utiliza para consumo inmediato: comida, vivienda, transporte y servicios básicos; el 20% para educación y salud, y apenas una fracción menor —menos del 10%— se ahorra o invierte.
A nivel macroeconómico, las remesas superan incluso rubros clave como las exportaciones, el turismo y la inversión extranjera directa. “En 2023, el país recibió $19,800 millones en remesas, mientras que esos tres rubros combinados apenas llegaron a $16 mil millones”, destaca Díaz.
Temor y reacción: ¿cómo impactan las políticas de Trump?
Una de las razones del aumento reciente en los envíos es el temor de los migrantes a ser deportados. “Muchos están mandando la mayor cantidad posible y quedándose con lo mínimo necesario por el riesgo a no poder recuperar su dinero. Aunque ya se ha normalizado un poco, el último dato muestra un crecimiento del 16%, cuando antes era del 21%”, agregó el economista.
Sobre este punto coincide Hugo Maul, economista del CIEN, quien dice que “los escenarios que se planteaban al inicio de la administración de Trump no se han cumplido, ya que las tasas de deportaciones no han sido tan altas como se temía. De hecho, en gobiernos demócratas se registraron ritmos más altos”.
Sin embargo, ese discurso provocó una reacción inmediata entre los migrantes, que decidieron adelantarse a los posibles cambios y mandar remesas por encima de lo habitual, incluso recurriendo a sus ahorros. “Fue un comportamiento marcado en los primeros meses del año, pero no es sostenible. Muchos de los que envían dinero no tienen recursos ilimitados”, explica Maul.
El monto de remesas en los primeros cuatro meses de 2025:
#MonitorMigrante Envío de remesas continúa en aumento 💰
El Banco de Guatemala registra que desde enero a abril, los migrantes guatemaltecos han enviado más de US$7,627.3 millones, Q1 mil millones más que en el mismo periodo del año pasado. 🧵 pic.twitter.com/YEe9e8c6QE
— Prensa Comunitaria Km169 (@PrensaComunitar) May 11, 2025
Remesas y lavado de dinero:
Aunque en su mayoría las remesas tienen un impacto positivo y directo en la economía familiar y local, también han sido utilizadas como vía para el lavado de dinero, un fenómeno que no es generalizado, pero que sí tiene en alerta a las autoridades.
Uno de los casos más sonados fue el de Brenda Barrera, una guatemalteca capturada en 2022 por participar en una red que utilizaba envíos de remesas para mover dinero ilícito proveniente del narcotráfico.
Según las investigaciones, Barrera prestaba su nombre y cuentas bancarias para simular que el dinero provenía de familiares en Estados Unidos, cobrando una comisión por cada envío. Este tipo de operaciones buscaban inflar los reportes oficiales y encubrir su verdadero origen, haciendo pasar los fondos como ayuda migrante dificultando su rastreo.
Aunque para el economista de la URL este tipo de casos deben verse como excepcionales, ya que “la persona guatemalteca estaba prestando el servicio, no era un migrante normal, sino alguien que ayudaba a lavar dinero a cambio de una comisión”.