Créditos: Rony Ríos
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El periodista salvadoreño Soudi Jiménez retrata el otro rostro de Estados Unidos, el que no sale en las películas. A través de 27 historias documenta la vida de migrantes centroamericanos en el sur de California, no desde la travesía, sino desde el arraigo, la identidad y la resistencia en el país de destino.

Por Rony Ríos

Soudi Jiménez es un periodista salvadoreño radicado en Los Ángeles que presenta su primer libro, Ecos Migrantes. Jiménez documenta 27 historias de personas centroamericanas que, desde distintos puntos del sur de California, resisten, se adaptan y reconstruyen su identidad lejos de casa. Las historias fueron publicadas originalmente en la sección en español de Los Ángeles Times donde ha trabajado por más de 13 años. Se trata de noticias, crónicas y reportajes escritas entre 2019 y 2024.

No son relatos del cruce fronterizo ni del drama del desierto, sino crónicas del destino: de ese otro Estados Unidos que no aparece en las películas ni en los titulares. A través de voces mayas, historias de mujeres de Comitancillo, artistas de Jalapa y obreros invisibles en Fresno, Jiménez narra una migración cotidiana, marcada por la lucha, la pérdida y la resiliencia.

Jiménez habla del proceso detrás del libro, del valor antropológico de las historias, de las emociones que lo atravesaron al escribirlo y de su compromiso con dar voz a quienes pocas veces son escuchados. Porque Ecos Migrantes no es solo una obra de periodismo, es también una forma de hacer memoria.

Soudi Jiménez es un periodista salvadoreño radicado en Los Ángeles que presenta su primer libro, Ecos Migrantes. Foto: Rony Ríos.

¿Qué te motivó a escribir Ecos Migrantes?

El libro me sirve para documentar diferentes historias que tienen un valor para la comunidad, me pareció oportuno documentar diferentes momentos de la comunidad migrante en el sur de California.

He podido cubrir temas sobre la comunidad centroamericana y en el libro traigo historias que ya fueron publicadas, pero que son un registro sobre la historia, las luchas, desafíos y problemas de los migrantes.

Hay historias de cómo las personas enfrentan la adversidad y ahora se convirtieron en un modelo de resiliencia. De las 27 historias 15 son semblanzas con experiencias de personas de diferentes países, con diferente estatus migratorio, diferentes ocupaciones, son personas de a pie, son las que conectan con la comunidad como un espejo.

Hay personas que dicen: ¡Es mi historia!, ¡Se parece a mi vida, a cómo vine, a lo que me tuve que enfrentar en este país y lo que he logrado! Son ejemplo de superación porque han sacado adelante a sus familias y ayudan a la comunidad.

¿Qué significa el título del libro?

Ecos Migrantes significa una serie de historias que resuenan y que tienen una trascendencia en la comunidad. Son historias de luchas y adaptación.

Hay muchos libros sobre migración, pero mayoritariamente tratan sobre el camino, el calvario del paso de fronteras en México, pasar el muro, el río y el tema de los coyotes. Pero en mi libro no son historias de esas, todas tienen que ver con el lugar de destino, la adaptación.

Cuando nosotros estamos en nuestros países hay temas que no tienen relevancia como la cultura y la identidad porque la cultura es lo que hacemos cada día. Viviendo en Guatemala, en Honduras o El Salvador lo que haces es lo cotidiano, pero en otro país sí tiene valor la cultura porque te encuentras a otras culturas.

Otro tema relevante es la identidad. Cuando estamos en nuestros países todos somos salvadoreños, todos somos guatemaltecos, estando acá tu vecino no es guatemalteco, es armenio, judío, afro estadounidense, coreano y acá sí tiene valor tu identidad, tu herencia y tus raíces.

Acá están las voces de la comunidad maya Mam, maya Q’anjob’al, maya K’iche’. Hay historias de Comitancillo, San Marcos, y es una crónica sobre la migración del municipio del occidente de Guatemala y con la que una comunidad indígena se conecta y cómo se ve afectada esa comunidad maya con la migración, su cultura, su idioma y el traspaso generacional.

¿Cuál fue el proceso de recopilación de las historias migrantes que relatas en el libro?

Entre noviembre de 2023 y principios de 2024 salen publicadas las últimas historias que quería incluir en el libro y comencé a hacer la selección.

Me aseguré de que fueran historias que tuvieran valor cultural, social o antropológico, algunas son logros de la comunidad y otras muestran las luchas sociales y cómo se ven involucradas en resistencia.

Me tardé como 13 meses y, de esos, seis fueron de edición porque yo trabajé junto a una periodista guatemalteca y revisamos estilo. También agregamos una introducción general y una a cada historia para darle un formato para que sea un registro documental.

¿Cuál fue la historia más difícil de escribir o documentar y por qué?

La historia con más antecedentes es “El pequeño El Salvador” porque yo conocí de esta historia antes de llegar al periódico (en 2012). Esta historia la conocí como en 2007, yo estaba recién llegado y trabajaba en el consulado de El Salvador, pero cuando preguntaba ¿de dónde vienen? Respondían de Mendota, que es un lugar al norte de Los Ángeles en el condado de Fresno.

Como preguntas de rutina también preguntaba dónde habían nacido y respondían: Sensuntepeque, que es la cabecera departamental de Cabañas, departamento en la parte central de El Salvador.

Esas respuestas se repetían bastante, la gente vivía en Mendota pero habían nacido en Sensuntepeque o Victoria, otra región aledaña en Cabañas. Después de mucho tiempo me pregunté qué está pasando, es algo inusual y quise buscar la información.

Cuando llegué al periódico propuse hacer esta historia, la propuse en 2013 y en 2019 porque hay un asentamiento salvadoreño inédito. Yo no conozco en Estados Unidos una región que tenga a tantos salvadoreños porque en esa época más o menos el 60 por ciento de la ciudad era habitada por salvadoreños.

Me di cuenta de que ni las universidades de acá, ni en El Salvador, ni los medios habían documentado lo que pasaba en esta ciudad. Fui a Cabañas y a Mendota para reportear lo que pasaba y dicen que desde los 70 comenzaron a venir porque Cabañas era zona agrícola y acá también, y se dio un intercambio de mano de obra.

La historia de Comitancillo también me parece muy fuerte porque ver cómo los jóvenes de la región de San Marcos, principalmente mujeres, vienen de una región con riqueza natural y cultural muy grande, pero su salida golpea a su pueblo de origen; se está perdiendo el idioma y se crea una brecha generacional que se rompe en el traspaso de las tradiciones, cultura e idioma.

Cuando un país expulsa a su gente el que gana es el país receptor. Están perdiendo al recurso humano, la fuerza, vitalidad, intelecto y creatividad para dejarlo todo en un país extranjero. Es una pérdida lamentable.

El libro documenta historias que tienen un valor para la comunidad en el sur de California. Foto: Rony Ríos.

¿Qué emociones te invadieron mientras escribías el libro?

El libro es un golpe de realidad. No es una apología para que la gente salga, tampoco es para que se regresen, solamente cuento las facetas y rostros de la migración. El libro es una mezcla de emociones, entre el dolor, el sufrimiento, el sacrificio y la resistencia para imponerse a las adversidades para salir adelante.

Las comunidades buscan conectarse con sus raíces, mostrar su cultura y que se reconozca su legado como comunidad migrante. También hay 15 historias de personas que han salido adelante. Raúl Monterroso, originario de Jalapa, aprendió a dibujar cuando era joven, pero deja el arte en su tierra; su padre los abandona y él se va a trabajar a una panadería, pero se vino a Estados Unidos y se dedicó a la construcción.

Don Raúl tuvo un problema de adicción al alcohol y alguien le sugirió que si sabía hacer algo se dedicara a eso y él pensó en el arte. Comenzó con el tallado de madera, pintura y escultura y ahí dejó el alcohol. Ahora lo invitan a galerías a exponer sus obras, las hace con desperdicios de árboles, de ramas, troncos y ahora incluye aserrín, cemento y otros desperdicios para hacer una belleza de piezas. Historias como la de él me conmueven y el mensaje del libro es resiliencia porque eso transmiten las historias.

Si tuvieras que resumir Ecos Migrantes en una sola frase, ¿cuál sería?

El libro para mi significa un acercamiento a las facetas de la migración a los Estados Unidos. Si alguien está afuera puede explorar el texto y sirve para desmitificar las ideas de la migración. No es lo mismo ver la migración desde el otro lado de la frontera sur de EE. UU. que verla de este lado.

Alguien que vino de España está leyendo el libro y me dijo “para mí tu libro es ver el otro Los Ángeles” y me apropié de la frase. El libro es para ver el otro Estados Unidos, el Estados Unidos de los migrantes.

Los grandes medios nos muestran al EE. UU. de Hollywood, pero este es el EE. UU. de los migrantes. El Estados Unidos de los migrantes no es el de Hollywood porque las historias han sido encontradas en nuestra comunidad, muchas de ellas en el MacArthur Park, para mi ese lugar es una fuente de inspiración.

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