Search
Close this search box.
Créditos: Alex PV
Tiempo de lectura: 3 minutos

 

Virginia Laparra ex fiscal de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) realiza una gira por Europa para denunciar la violación de los derechos humanos, persecución, tortura y cárcel política a la que fue expuesta en Guatemala. Desde Europa envía una carta para su mamá. A continuación publicamos el texto de la carta.

Londres, febrero 1 de 2025.

Querida mamá:

Anoche no pude dejar de pensar en ti. Este es un nuevo cumpleaños sin poder abrazarte, pero de alguna manera, sé que estás aquí conmigo, como siempre lo has estado, en cada pensamiento y en cada lección que me diste. Me recordé a mí misma que siempre decías que hay que hacer, decir y demostrar a los demás lo que sentimos cuando están cerca, cuando pueden vernos, sentirnos y escucharnos. En ese momento me di cuenta de que lo único que no puedo hacer hoy es abrazarte físicamente, pero te llevo conmigo en cada rincón de mi ser.

Te veo en cada vez que me miro al espejo, te escucho en cada palabra que sale de mi boca y, sobre todo, te siento en todo lo que me enseñaste, en cada paso que di gracias a tu ejemplo. Eres parte de mí, mamá, y nunca dejaré de agradecerte por todo lo que me has dado.

Sé que no ha sido fácil, que como familia hemos atravesado momentos difíciles, pero a lo largo de todo esto he aprendido de ti lo que significa la dignidad, la valentía y la fortaleza. Eres una mujer regia, exigente, pero también un faro para todos los que tenemos la suerte de aprender de ti. Mi vida, nuestra vida, es mucho más sencilla cuando la seguimos guiados por los principios y el compromiso con la calidad que tú nos inculcaste.

Hoy quiero agradecerte, especialmente, por cada sacrificio que hiciste para cuidarnos y educarnos. Sé que siempre fui una persona inquieta, y no siempre la más fácil de guiar, pero siempre estuviste ahí. Gracias por enseñarme a ser perseverante, por estar a mi lado corrigiendo mis errores con paciencia, por enseñarme a pintar, por exigirme que siempre diéramos lo mejor, por todas esas veces que tuviste que hacer más de lo que te tocaba, por darnos lo mejor de ti misma. Gracias por las risas, por las correcciones y por las veces que, sin importar las circunstancias, no dejaste de darme lo mejor de ti.

Aunque no podamos reunirnos físicamente en este día tan especial, tus enseñanzas me han mostrado que los cumpleaños se celebran con el alma, y no hace falta estar cerca para sentirnos unidos. El lazo que nos une es más fuerte que cualquier distancia.

Mis hermanos y yo sabemos que la carta de recomendación más difícil de ganar es la tuya, porque siempre has sido sincera y verdadera. Y aunque mi vida ha estado llena de pruebas difíciles, nunca olvidaré que, en uno de mis momentos más bajos, tú, mamá, me ofreciste tu apoyo incondicional, diciéndome que sí, que tú me darías esa carta de recomendación. Gracias por creer en mí, por confiar siempre en mis capacidades.

Hoy, deseo con todo mi corazón que tengas un maravilloso día de cumpleaños, que todos tus sueños se hagan realidad. Te mereces lo mejor del mundo. Te extraño mucho, mamá, y espero que podamos vernos pronto.

Te amo con todo mi ser,

Virginia Laparra

Foto de Virginia Laparra desde Lóndes.

COMPARTE