El presidente aseguró que han tenido avances importantes en el tema de salud y educación, pero no los han podido comunicar de forma adecuada.
Por Prensa Comunitaria
En la tarde del jueves 6 de diciembre, el presidente Bernardo Arévalo recibió, en el Salón Banderas del Palacio Nacional de la Cultura, a un grupo de académicos -de diferentes países latinoamericanos- que se encontraban en la ciudad celebrando el coloquio internacional Ciencias sociales y violencias en Centroamérica: entre asedios y resistencias; evento convocado por varios grupos de trabajo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).
Ante las preguntas del sociólogo mexicano-guatemalteco Carlos Figueroa Ibarra y uno de los coordinadores del Grupo de Trabajo Violencias en Centroamérica, el presidente fue reflexionando alrededor de algunos tópicos sobre de la situación política del gobierno que él dirige.
En comparación con la situación que vivió su padre, cuando hace 80 años dirigió el primer gobierno de la Revolución, Bernardo Arévalo dijo que en aquel momento se pudieron encarar reformas profundas porque hubo un sólido respaldo parlamentario resultado de unas elecciones que se dieron después de la “ruptura revolucionaria con el antiguo régimen”. En la actualidad, en cambio, el Congreso de la República representa en buena parte a ese régimen y está totalmente fragmentado, con “16 partidos políticos cada uno con facciones a su interior”.
En una situación que Figueroa Ibarra definió como “de un islote de decencia y democracia en un mar de gobernanza criminal”, Arévalo dijo que considera que su tarea es “recuperar la confianza de la población en el sistema político”, que la gente sepa que cuenta con funcionarios “que no están en la política por el negocio” y que además de honrados son efectivos.
Defendió la labor realizada por su gobierno en los 10 meses que llevan y aseguró que ha “hecho más en este tiempo que el gobierno anterior en cuatro años”, refiriéndose a obras escolares y en puestos de salud y a la contratación de policías y maestros.
Además, después de una parálisis inicial por el bloqueo sufrido, han empezado a sacar adelante decisiones importantes en el Organismo Legislativo, pero reconoció que no han logrado comunicar a la población todos estos avances. “No hemos logrado romper ese ciclo”, afirmó.
Respecto a la acción del Pacto de Corruptos –como él los nombró- consideró que “aún controlan espacios de mucho poder”, pero estos están disminuyendo y su poder se está debilitando. Puso como ejemplo la elección de Cortes, en que el Pacto no pudo imponerse, Consuelo Porras no pudo colocar a su gente – “su esposo, su secretario, su asistente no pasaron”- y, como resultado, esta Corte es “mucho mejor que la anterior”.
De esta manera considera que el Pacto de Corruptos “sí tiene poderes, pero han perdido espacios y nos encargaremos que los sigan perdiendo”.
Finalmente, ante una nueva pregunta de Figueroa Ibarra, el presidente reconoció el importante papel jugado por “el liderazgo indígena” en la defensa de los resultados electorales del año pasado y defendió que por primera vez en la historia “los colocamos en la mesa a llegar a acuerdos con el liderazgo empresarial” y ahora han llegado a convenios con diferentes grupos, acordando proyectos realizables.
Una vez terminada la entrevista, Arévalo se tomó fotos con los y las asistentes al Coloquio, y muchos de ellos pasaron a fotografiarse personalmente con el presidente.