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“En caso cambie la administración de EE.UU. hay una continuidad de temas que no cambian con la misma velocidad con la que cambia la administración”

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Créditos: Estuardo de Paz
Tiempo de lectura: 6 minutos

 

En este 2024, de nuevo, los liberales del partido Demócrata buscan permanecer en el gobierno con la candidata a la presidencia, Kamala Harris, mientras los republicanos más conservadores, buscan un segundo mandato de Donald Trump. En este punto del proceso electoral solo prevalece lo incierto y en ese mismo escenario navegan los planes del embajador de Guatemala en Estados Unidos, Hugo Beteta, quien dice controlar la situación, aunque la experiencia y la historia de un momento similar haya tenido consecuencias inesperadas y significativas en las relaciones bilaterales entre Guatemala y EE.UU.

Por Cindy Espina

Hace ocho años Guatemala se enfrentó a un escenario geopolítico similar. La única diferencia es que en ese entonces era incierto y poco visible las consecuencias que tendría en las relaciones de cooperación entre Guatemala y Estados Unidos los resultados electorales que provocaron el cambio de un gobierno del partido Demócrata, a uno del partido Republicano presidido por Donald Trump.

Esta historia se repite, este 2024, y de nuevo los liberales del partido Demócrata buscan permanecer en el gobierno con la candidata a la presidencia, Kamala Harris, mientras los republicanos más conservadores, buscan un segundo mandato de Trump.

Según el New York Times, Harris solo supera a Trump por un 1%. La candidata demócrata lidera la intención de voto con un 49% a favor, mientras el candidato republicano tiene una intención favorable del 48%. En este punto del proceso electoral solo prevalece lo incierto y en ese mismo escenario navegan los planes del embajador de Guatemala en Estados Unidos, Hugo Beteta, quien dice tener control de la situación, aunque la experiencia y la historia de un momento similar haya tenido consecuencias inesperadas y significativas en las relaciones bilaterales entre Guatemala y EE.UU.

Ante este panorama electoral tan cerrado e incierto de saber quién ganará, ¿tiene el Gobierno de Guatemala un plan o estrategia de política exterior de acuerdo a quien gane?

Guatemala está pasando por un muy buen momento en la relación con Estados Unidos, la cual no era la misma hace un año.  Entonces, por eso el punto de partida importa e independientemente de quién gane la elección es importante saber esto.  En el caso de la administración del presidente Bernardo Arévalo uno de los objetivos centrales es ser un actor internacional responsable, y esto no es solo para la relación con Estados Unidos, sino también con todos nuestros socios comerciales en el resto del mundo. Esta posición de ser un actor responsable en el mundo importa también e irradia en nuestras relaciones con Estados Unidos y esto tiene que ver, a nivel mundial, en nuestro compromiso con las prioridades globales compartidas, como el apoyo a las democracias en el mundo y también con actores estratégicos como Israel, Taiwán y Ucrania.

En nuestro caso, creo yo, tenemos un espacio político con ambas administraciones, porque los temas en gran medida siguen siendo los mismos, aunque con énfasis muy diferentes. Los temas migratorios están en el centro, pero también los temas comerciales porque Estados Unidos sigue siendo nuestro primer socio comercial y de inversiones, tenemos un Tratado de Libre Comercio, y por supuesto todo el tema de la atención a la diáspora, temas de seguridad. Tener instancias de alto nivel en el diálogo económico, de seguridad y, de una buena dosis de los temas, son espacios de oportunidad para calibrar estrategias diferentes según la administración que gane la elección aquí en Estados Unidos.

¿Cree que si gana Donald Trump la relación que Guatemala tiene con Estados Unidos cambie como sucedió hace ocho años?

Algunas de las cosas si van a cambiar, pero dentro de la continuidad de los temas de trabajo con Estados Unidos. Donald Trump ha anunciado que aumentará las tarifas arancelarias a nivel global, principalmente con China, este es un tema al que tenemos que prestarle especial atención, dado que Estados Unidos es nuestro principal socio comercial y el incremento a las tarifas afectaría a nuestras empresas exportadoras y le puedo comentar que estuvimos trabajando con las cámaras de la agroindustria y las exportadoras para identificar una estrategia. Por otro lado, en materia migratoria, la candidata Harris pone mucha atención al tema de la criminalización de las redes de trata, que es una de las prioridades de nuestro país también. Mientras Trump, ha enfatizado en una política creciente de deportaciones y por supuesto que esto implica, primero, prepararnos para este retorno forzado, pero también prepararnos proactivamente y en positivo en programas de certificación de competencias.

Guatemala es uno de los países con más apoyo de cooperación por parte de Estados Unidos para fortalecer la lucha contra actores antidemocráticos que planificaron un golpe de Estado en Guatemala se fortalecieron durante la administración de Trump (2016-2020). ¿Este apoyo cambiaría en caso de que gane Trump?

Hay que entender cómo funciona la cooperación de Estados Unidos. La asignación de toda la cooperación es aprobada por el Congreso basada en la resolución de comisiones de trabajo de dos cámaras (de Representantes y del Senado). Esta cooperación se aprueba con bastante tiempo de anticipación. En 2024 se ejecutan las asignaciones aprobadas por el Congreso de Estados Unidos en 2022.  Entonces la cooperación para 2025 y 2026 ya fue aprobada. En caso exista una nueva administración hay una continuidad de temas y de énfasis, que no cambian con la misma velocidad con la que cambia la administración.

Si gana Trump ¿Cómo cambiaría esto respecto a estos actores antidemocráticos de Guatemala que se fortalecieron en el pasado con el apoyo de muchos grupos cercanos al candidato republicano?

Guatemala tiene una agenda conservadora que coincide con algunos de los grupos de una opción republicana. Eso es así y por eso ha habido periodos de excelentes relaciones con gobiernos republicanos. Lo importante es mantener un diálogo constante y fluido, con ambos partidos aquí en Washington y se han alcanzado acuerdos sobre Guatemala. Afortunadamente el trabajo previo en temas que le importan a los republicanos ha avanzado mucho, y aquí especialmente el tema de seguridad es muy importante. Aun cuando haya un cambio hacia un gobierno republicano, cuando nos ven en el vecindario, ven que Guatemala es un país con el cual la agenda, que a ellos y a sus bases republicanas les importa, ha avanzado en el terreno y eso ayuda a que a que en el Congreso y en el Senado puedan avanzar resoluciones bipartidistas y creo que esto será la base para avanzar.

¿Han tenido acercamientos con los grupos políticos-religiosos conservadores que apoyan a Trump y que en el pasado fueron los que fortalecieron a los actores antidemocráticos en Guatemala?

Sí ha habido acercamientos. Le doy un ejemplo muy claro: con la administración Trump hubo un fuerte impulso a la agenda Provida y al entrar en el tema con ellos, decidieron que fuera una decisión estatal, porque esas son batallas culturales importantes en Estados Unidos que desde Guatemala se viven de otra forma. El artículo tres de la Constitución de Guatemala define la vida desde la concepción, no hay ningún partido político, ninguna iniciativa del Congreso que intente cambiar eso y no está en la agenda de Gobierno. Algunas de esas guerras culturales que se vienen con mucha pasión en Estados Unidos, en Guatemala, en realidad son otros temas. Es un tema de comunicación y yo se los he comunicado a ellos aquí en Washington y se han quedado sorprendidos que en nuestra constitución esté este tipo de ordenamiento jurídico.

Ante este panorama político ¿cuáles siguen siendo los temas que Guatemala continuará impulsando?

En tema migratorio, los intereses de Guatemala siguen siendo la aprobación del TPS, el aumento de las visas de trabajo temporal, pese a que haya un cambio de gobierno enfocado en las deportaciones. Al final del día Estados Unidos decide democráticamente cuáles serán sus políticas, y Guatemala tiene que ser proactivo según sus propias políticas sobre cómo abordar estos temas, En ambos casos, gane quien gane, implica que Guatemala debe estar dialogando activamente en Washington, pero también actualizando nuestra agenda para responder según los intereses nacionales.

El tema migratorio es prioridad para Trump y para Harris, sin embargo, las maneras de ejecutarlo son distintas, por ejemplo: el gobierno de Harris impulsó las Oficinas de Movilidad Segura y el de Trump el Acuerdo de Tercer País Seguro. ¿Cuál sería la postura de Guatemala?

Guatemala ha sido un actor que promueve los derechos humanos de las personas en situación de movilidad. Pone en el centro a los migrantes, a los refugiados y a los desplazados internos. Pero también ve en este tema un abordaje regional, creo que es un aporte interesante en el cual debe establecerse un sistema seguro ordenado y regular, pero con coordinación regional a través de Colombia, Panamá, México y Estados Unidos. En el caso de la externalización de la gestión de las políticas migratorias de Estados Unidos hacia terceros países, eso no es compartido por el Gobierno de Guatemala. Nosotros en lo que hemos avanzado y ya estamos implementando son las Oficinas de Movilidad Segura para los países del CA4, en el marco de la Declaración de Los Ángeles.

Esto permite que las personas soliciten refugio desde Guatemala, eso es muy diferente a que deporten a personas de otros países a Guatemala. ¿Es la solución total? No. Pero sí es parte de la solución desde un Estado responsable que pone en el centro los derechos humanos de las personas en movilidad. Estamos convencidos que la forma de ordenar los flujos migratorios es satisfaciendo las crecientes demandas laborales de Estados Unidos por su crecimiento económico, pero también por su demografía y nosotros seguimos con la posición política y diplomática que es a través de las visas temporales de trabajo.

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