Bajo un clima fresco algunas familias de El Estor, Izabal, se han concentrado en el cementerio general, para poder pintar, colocar flores, acompañar y prender velas a sus seres queridos que han fallecido.
Por Juan Bautista Xol
Como todos los años, las familias de El Estor, Izabal, visitan el cementerio general del municipio para llevar flores a las tumbas de sus seres queridos. Algunas familias asisten a la iglesia para bendecir las flores, otras que solo llegan a visitar a las tumbas colocando algunas veladoras como una conexión espiritual con sus seres queridos.
Así como este 2 de noviembre, bajo un clima fresco algunas familias se han concentrado en el cementerio general, para poder pintar, colocar flores, acompañar y prender velas a sus seres queridos que han fallecido.
Doña Elvira Tzunun, de 84 años de edad, una vecina que desde las 6:00 de la mañana llegó al cementerio para adornar la tumba de su esposo y su hija, asegura que lleva más de 40 años brindándole homenaje a su difunto esposo quien murió en el 1982. También recordó con tristeza en los ojos a una de sus hijas que falleció en diciembre del 2023; explico que este día es una oportunidad para poder convivir con sus seres queridos que una vez en vida compartieron momentos de felicidad y de tristeza.
“Es un día especial para recordar el pasado que vivimos, es por eso que nosotros les traemos flores en estos días, de esta manera les hacemos saber a ellos que también nos hacen falta”, explicó mientras arreglaba las flores sobre el panteón de su esposo.
Foto de Juan Bautista Xol
En el municipio de El Estor, algunas familias aún mantienen viva la tradición de poder esperar a sus seres queridos prendiendo candelas u orando al lado de las tumbas, otras familias solo conmemoran el Día de los Difuntos, ya que no practican la costumbre de sus abuelos que se visitaban entre ellos mismos compartiendo el tradicional tamal y caldo de gallina criolla.
Don Juan Xol, otro vecino del lugar, opinó acerca de la importancia de este día e indicó que hace 15 años, aún mantenían viva la costumbre donde las familias se visitan entre ellas desde la fecha 1 hasta en la tarde noche del 2 de noviembre. Para don Xol, la costumbre se fue perdiendo desde que las diversas religiones fueron implementadas en el territorio.
“Cuando era más joven, este día era muy especial para mis padres, desde la fecha a partir de las cuatro de la mañana todas las puertas de las casas ya estaba abiertas para que nuestros seres queridos que fallecieron puedan entrar de nuevo, ahora ya no es lo mismo, hay distintas religiones que mantienen alejadas estas costumbres, por eso muchos jóvenes ya no valoran este día”, opinó.
Es preciso indicar que, en las comunidades de El Estor, la costumbre y la tradición que se celebra en estas fechas aún se mantienen vivas, ya que las familias han motivado a sus hijos para que los practiquen ya que es parte de la costumbre ancestral.