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La lluvia es una oportunidad para los agricultores de Comalapa después de la sequía

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Créditos: Joel Solano
Tiempo de lectura: 4 minutos

 

Los agricultores Kaqchikel de San Juan Comalapa tuvieron pérdidas de varios de los principales cultivos por la sequía que azotó al país, entre enero y mayo de este año. Con las primeras lluvias ven una nueva oportunidad para volver a sembrar y rescatar parte de la producción de alimentos de consumo y para la venta.

Por Joel Solano

La sequía que azotó el municipio de San Juan Comalapa y sus comunidades en el departamento de Chimaltenango durante el primer semestre de 2024 provocó incertidumbre y pérdidas entre los agricultores de la región. Sin embargo, las primeras lluvias de junio han traído consigo una nueva esperanza de recuperación y siembra, ya que el consumo local depende de lo que producen durante todo el año los agricultores.

Los cultivos de arveja, frijol, güicoy, maíz y fresas fueron los más afectados por la falta de lluvia y los intensos calores. Con la lluvia del pasado 8 de junio, varios agricultores salieron a sus parcelas a sembrar nuevamente maíz. Los campesinos, en su mayoría maya Kaqchikel, ven una nueva oportunidad para poder suministrar alimentos a sus familias para el año que viene.

Foto de Joel Solano

Frente a la sequía, varios grupos religiosos realizaron oraciones para pedir por la lluvia. Estas familias dependen de cubrir el mercado local, y en algunos casos, para la exportación nacional e internacional.

Sin embargo, diez días después de las primeras lluvias, la preocupación toma una nueva dimensión debido a que un fenómeno meteorológico está provocando inundaciones.

Ahora que el fenómeno de “El Niño” ha finalizado, el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología de Guatemala (Insivumeh) informó que habrá un periodo neutral corto, pero que el fenómeno de “La Niña” podría generar la continuidad de lluvias y extenderse hasta septiembre, con posibilidades de prolongarse hasta enero de 2025.

Según la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia (Segeplan), San Juan Comalapa es uno de los municipios que produce zucchini, ejote francés, brócoli, mora, tomate, higo, durazno, ciruela, café y aguacates, además de los productos que se perdieron por la sequía.

Foto de Joel Solano

Para el pueblo Kaqchikel de San Juan Comalapa, ubicado a 70 kilómetros de la ciudad de Guatemala, la principal actividad económica es la agricultura, con una población de 48,597 habitantes, según el censo poblacional de 2018.

Prensa Comunitaria conversó con tres agricultores de San Juan Comalapa para tener una perspectiva del impacto de la sequía, la esperanza y los riesgos que trae la llegada de las lluvias, especialmente con varios fenómenos climáticos que podrían complicar más lluvias de las esperadas.

Roberto Muchuch: “Sin el maíz no lograríamos vivir”

Roberto Muchuch, originario de la comunidad de Pamumus, contó a Prensa Comunitaria que, si las lluvias hubieran caído en los tiempos acostumbrados, durante la segunda semana de mayo, no se habría perdido la mayoría de los cultivos.

Durante el mes de junio, estarían realizando el primer trabajo de siembra del maíz. “Todos sabemos que el maíz es el alimento número uno para todos. Sin el maíz no lograríamos vivir, y sería más difícil para muchos que dependemos de este cultivo en su mayoría, como la siembra del frijol, que son alimentos esenciales para nosotros”, dijo.

La mayoría inicia la siembra en la última semana de abril, pero en este momento ven una nueva oportunidad con las lluvias que están cayendo para volver a sembrar alimentos, con la esperanza de garantizar el alimento para el año venidero.

El testimonio de Víctor López

Víctor López pone de ejemplo el caso del cultivo del güicoy, que no dio frutos. La mayoría de los agricultores siembra frijol el 20 de febrero de cada año. Perder la producción de los cultivos les perjudica, ya que muchos dependen de estos para poder comprar fertilizantes para la milpa.

Comenta que la mayoría vende el frijol; al no tener suficiente carga las plantas, este cultivo únicamente les dará para consumo familiar y no para la venta.

Foto de Joel Solano

“Por la sequía, al no producir nuestros cultivos nos afectó ya que perdimos días de labranza de la tierra, el fertilizante comprado, y a otros que alquilan terrenos, las pérdidas son mayores. Esperamos que las lluvias sean moderadas, porque si no, perderemos lo poco que nos queda porque se pudrirán y no nos quedará nada”, dijo López

Julio Chalí: “La milpa aguantó hasta donde pudo”

Julio Chalí es un agricultor del municipio. En su caso, como en el de muchos otros, el maíz no germinó al no encontrar la humedad necesaria. La milpa aguantó hasta donde pudo con la poca agua que encontró. “Con estas lluvias nos alegramos ya que vemos que los cultivos regresan nuevamente”, comentó.

“Se respira alegría en varios de nosotros. El cultivo ya sintió el agua, pero hay cultivos de maíz que se perdieron y hay que volver a sembrar. Hay que seguir luchando por nuestras familias”, añadió.

En su caso, de continuar la sequía o con poca lluvia, el camino que le quedaba era sembrar semillas de corto plazo, lo que implica un gasto mayor. Además, comentó que no es lo mismo utilizar semillas nativas que transgénicas, ya que estas últimas no son confiables.

“Lo que nos han heredado los antepasados es lo mejor que podemos tener. Germina en cualquier momento, pero lo transgénico no es bueno y no vale la pena. Hoy nos cayó la lluvia a todos, estamos contentos y esperamos que siga lloviendo. Tenemos la esperanza de seguir alimentándonos de los granos”, expresó Chalí.

De no llegar la lluvia, esto les representaría dos años de pérdidas, lo que implicaría que hasta el tercer año tendrían cosecha de granos, dejando a la población expuesta a la falta de alimentos.

Foto de Joel Solano

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