Créditos: Prensa Comunitaria
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Comunitarios alertaron de un nuevo derrame de químicos sobre el río San Román en Chisec, Alta Verapaz. Todo apunta a la empresa Industria Chiquibul S.A., razón por la cual la gente vive en permanente preocupación por la contaminación del agua. El Estado está completamente ausente y las comunidades que viven en la orilla de la cuenca del río están en completa indefensión.

Por Joel Pérez y Nelton Rivera

Comunitarios maya Q’eqchi’ alertaron sobre la contaminación del río San Román en el municipio de Chisec, Alta Verapaz, esto al momento de darse cuenta de que el río sufrió un cambio repentino en su color. El 14 de mayo amaneció lloviendo con bastante fuerza y por la mañana varias comunidades que viven en la cuenca del río se percataron que la corriente arrastró desechos químicos.

La población denuncia que estos desechos provienen de las plantaciones de palma de aceite, especialmente de las “lagunas de oxidación” de las aguas servidas, informaron. Se trata de las plantaciones de la empresa Industria Chiquibul S.A., ubicada en Chisec a la orilla del río San Ramón.

Foto cortesía

Para corroborar la información entrevistamos vía telefónica a un dirigente comunitario de esa región. El reporte del día 14 fue realizado por varios comunitarios que actualmente viven sobre la cuenca del río San Román, aproximadamente a la altura de la comunidad Tierra Negra 1, informó.

En esta ocasión no fue de gran magnitud, como ha ocurrido en ocasiones anteriores, en donde es fuertísimo el mal olor y cambia el color el agua, además de la mortandad de peces como ocurrió en los ecocidios de 2017 y en julio 2019.

Este tipo de hechos se repiten constantemente, lo que genera la permanente preocupación de las comunidades, en su mayoría maya Q’eqchi’ de la región, pues el Estado no tiene control de la empresa que constantemente está contaminando el agua, afirma el comunitario bajo anonimato.

Las comunidades afectadas están asentadas a la orilla de la cuenca del río San Ramón entre los municipios de Chisec de Alta Verapaz y Sayaxché en Petén. Esto a unos 340 kilómetros de distancia de la ciudad capital.

La empresa tiene dos representantes, Hilda Noelia Pop Paau y Cristina del Carmen Castañeda González, quien además tiene la representación de Agro-Pacific S.A. Aunque, se afirma que el dueño  de la empresa es Suhel Abel Turjuman Miguel, quien además es propietario del Banco Inmobiliario y de la empresa Mayafert, esto según un reportaje de El Observador en 2014.

El Estudio sobre los impactos del cultivo de aceite de palma en materia de Derechos Humanos del colectivo Madre Selva, confirma que esta actividad industrial cuenta con la colusión de los gobiernos de turno y que la expansión acelerada de la producción de la palma impacta profundamente sobre los derechos humanos de las comunidades indígenas-campesinas y sus derechos laborales.

Las comunidades son testigos de la contaminación

Varios de los comunitarios trabajan actualmente con esta empresa y han sido testigos del mal manejo de este tipo de desechos tóxicos que suelta la empresa hacia el río, -son los que se originan en la laguna de oxidación-, en donde se ubica la planta procesadora de la palma de aceite.

Esta planta utiliza grandes cantidades de agua para el proceso de extracción del aceite y luego la envían a la laguna de oxidación, pero cuando llueve con fuerza la empresa aprovecha para soltar estos desechos que derraman al río, indicó el comunitario.

El dirigente comunitario expresa que esta práctica se ha vuelto constante, pues la empresa aprovecha que el río se crece con las lluvias y con la fuerza de su afluente, cualquier derrame va a circular con rapidez y creen que la gente no se dará cuenta de la contaminación.

Son los propios trabajadores quienes confirman que con las lluvias se sueltan estos desechos al agua del río, especialmente por las noches. Visualmente se pudo constatar en el caso de la alerta del 14 de mayo por el cambio de la coloración del agua, al tornarse café oscura y aceitosa.

El Estado no hace nada frente a las denuncias de contaminación

“Sabemos que las comunidades siempre están alertando y haciendo denuncias de la contaminación del agua, especialmente los ríos, en este caso el río San Román. Desde las primeras contaminaciones que ha habido con los ecocidios, las comunidades denunciaron ante el Ministerio Publico (MP), en la municipalidad, para que tomaran cartas en el asunto, pero no pasó nada”, aseveró el comunitario.

“El Ministerio de Salud ha tomado muestras de la contaminación durante los ecocidios de 2017 y 2019, levantaron pruebas y realizaron muestreos de agua, que finalmente nunca devolvieron los resultados a la población”, concluyó.

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Petén: un nuevo Ecocidio en el río San Román

En ocasiones anteriores los funcionarios públicos fueron citados por este tema, pero, las respuestas y soluciones fueron nulas.

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Funcionarios públicos fueron citados por el ecocidio en el río San Román

En 2019, con el ecocidio, una delegación de la red de comunidades afectadas por la palma de aceite, llegaron a la ciudad de Guatemala a la oficina del Procurador de los Derechos Humanos (PDH) y coordinaron con el procurador Jordán Rodas Andrade una visita con acompañamiento del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), personal de PDH y del sistema de diálogo. En la delegación se sumó una concejal de la municipalidad de Chisec, Margarita Osorio, se visitó a las comunidades de Tierra Negra, Carolina, Chisec, Esperancita del Río y otras comunidades en la cuenca del río.

En aquella visita hubo presencia de la Policía Nacional Civil (PNC). Uno de los representantes de la empresa Industria Chiquibul, con un cargo de ingeniero, fue quien indicó que en esa ocasión lo ocurrido tuvo relación con la liberación del líquido en la laguna de oxidación. El ingeniero reconoció que el hecho ocurrió por un descuido del personal que se retiró para realizar cobros en el municipio.

Ese año el alcalde municipal Selvyn Otoniel Reyes Rivera dijo que no podía hacer nada, porque la empresa es un monstruo y tienen mucho poder económico y político. De ese momento para acá no hubo compromiso de las autoridades estatales y municipales, incluso el gobernador departamental Erick Nolberto Guerrero Milián dejó el tema, por un lado.

Este caso junto a las comunidades lo llevaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), por la inacción de las autoridades de justicia en Guatemala; el cual se expuso en Ecuador durante una mesa temática.

“Con respecto a las plantaciones de palma africana, se nos ha informado de prácticas que podrían constituir explotación laboral, así como de indicios de trata de personas y trabajo forzoso en plantaciones de las empresas Reforestadora de Palmas del Petén Sociedad Anónima, (REPSA), Chiquibul Sociedad Anónima, Cauchos y Palmas Sociedad Anónima, Tikindustrias Sociedad Anónima y Nacional Agroindustrial Sociedad Anónima”, destacaba una comunicación que enviaron en 2020.

El documento fue presentado por la Relatora Especial sobre la Trata de Personas, el Grupo de Trabajo sobre la cuestión de los derechos humanos y las empresas transnacionales y otras empresas; la Relatora Especial sobre la situación de los defensores de derechos humanos; por el Relator Especial sobre los derechos de los pueblos indígenas y del Relator Especial sobre las formas contemporáneas de la esclavitud, incluidas sus causas y consecuencias.

En ese entonces, se reconoce que las comunidades tienen un expediente de medidas cautelares para la protección de ellas y del agua que se inició en la CIDH, con sede en Washington, D.C. La Comisión lo que ha requerido de manera constante es que se le actualice sobre el estado de contaminación del agua y de los ríos por la actividad de la palma de aceite, esto se hace cada seis meses.

En 2021, las comunidades realizaron una marcha en Chisec para denunciar la contaminación de esta industria, luego un año después, se realizó en Raxruhá un encuentro de comunidades para seguir denunciando la contaminación. Luego se hizo una nueva caminata de comunidades y organizaciones en Ixcán, por la preocupación que la gente tiene por la contaminación de los ríos, los nacimientos de agua y otras enfermedades que son provocadas por la producción de palma.

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