Una noche en el campus central de la Universidad San Carlos de Guatemala.
“Porque estoy luchando por defender la única universidad pública, la única universidad autónoma que tiene este país, porque la universidad es del pueblo y es para el pueblo”. Estudiante en resistencia.
Por Juan Rosales
El pasado 13 de noviembre se cumplieron 200 días del inició la resistencia en la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), con la toma de diferentes instalaciones por parte de estudiantes universitarios, en respuesta al fraude que llevó a la imposición de Walter Mazariegos como rector.
El Campus Central, el Centro Universitario Metropolitano, el Centro Cultural Universitario (antiguo Paraninfo) y el Museo de la Universidad de San Carlos son las cuatro instalaciones de la USAC que están tomadas en ciudad Guatemala.
Llegué a las puertas del Campus Central, por la tarde del lunes 14 de noviembre. El primer contacto ya me esperaba en la entrada. Pasé los protocolos de seguridad, así como las respectivas presentaciones con los estudiantes de turno. La mayoría ya sabían que pasaría la noche, que haría entrevistas, fotografías y video para este fotorreportaje. Luego de ubicarme en el lugar que me asignaron para descansar, los acompañé a una de las rondas que hacen todos los días, para cerciorarse de que no haya ninguna novedad.
“Nosotros como resistencia, tenemos un motivo en común: responder al fraude que se dio en las elecciones a rector”, dijo uno de los jóvenes, durante el recorrido.
Terminamos el recorrido y nos dirigimos a la cocina. La cena ya había sido preparada por otro grupo de estudiantes y fue de esta manera como varios de ellos se fueron acercando. Huevos, frijoles parados, plátanos fritos, crema y queso, así como tortillas y un vaso de arroz con chocolate, fueron los alimentos degustados esa noche. Durante la comida se relajan un poco las posturas y se puede observar la camaradería que a lo largo de estos días se ha construido: bromas, preguntas personales y pláticas de temas ajenos a la toma, es lo que predomina.
Después de cenar descansamos. Me correspondió acompañar el turno de las 12 de la noche a las 4 de la mañana. El frío de noviembre es intenso, aunque aún no corresponde a las temperaturas bajas de la época. También se hace presente ese sentido de compañerismo y de creer que la lucha que se está llevando a cabo es justa.
Los 200 días de lucha y resistencia han cobrado un alto costo a las y los estudiantes que tomaron la decisión de participar activamente en las tomas de las instalaciones de la universidad: desvelos, acoso, demandas judiciales, persecución a lo interno de sus unidades académicas. Este ha sido parte del repertorio de tácticas que han empleado las autoridades para tratar de sembrar miedo, abandonar la lucha y acabar con la resistencia que encabeza la Coordinadora.
Pero la convicción sigue fuerte, a pesar de las tácticas de miedo en su contra. Hemos sido testigos de ello.