Por: Elías Oxom
En la aldea Faisán II, ubicada a 62 kilómetros del municipio de Cobán, Alta Verapaz, se viven horas críticas entre el abandono del Gobierno nacional y local por los estragos que dejó la inundación causada por la tormenta Eta, debido a que el río Icbolay elevó su cauce las casas de la comunidad quedaran totalmente sumergidas y sus cosechas fueran arrasadas.
El Faisán II está conformada por 112 familias, unas 500 personas aproximadamente, del pueblo maya Q’eqchi’ en una extensión territorial de 25 caballerías, que ahora se encuentran bajo el agua y donde se perdieron unos 5 mil quintales de maíz que era vitales para la alimentación de las familias, además que servía como una fuente de ingreso para la economía de la comunidad; también fueron destruidas las plantaciones de plátanos, frijol, cardamomo y cacao.
En la actualidad las familias se mantienen incomunicadas y con serios problemas de transporte para poder trasladarse hacia el centro de Cobán, además los comunitarios denunciaron que debido a que sus terrenos siguen inundados no tienen posibilidad de comenzar a trabajar en nuevas siembras y no tienen otro lugar para poder hacerlo.
El Faisán II sufrió la devastación de la tormenta Eta desde el pasado 31 de octubre debido a las fuertes lluvias y 16 días después la ayuda municipal y del Gobierno central no es visible en esa área de las verapaces, que si bien no reporta víctimas mortales, vive una severa crisis humanitaria y de alto riesgo en su seguridad alimentaria.
En el área también hay otras aldeas que sufrieron pérdidas y daños similares como Valle Verde, El Faisán I y las comunidades Q’eqchi’ que atraviesan el Valle del Polochic entre Alta Verapaz e Izabal.
Las familias del Faisan II indicaron que necesitan agua potable y granos básicos, actualmente están consumiendo el agua de las inundaciones porque el pozo que tenían no está funcionando y tampoco tienen electricidad en el sector.