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Créditos: Nuevo Día.
Tiempo de lectura: 3 minutos

Por Stef Arreaga

Las comunidades maya ch’ortí celebran una sentencia que la Corte de Constitucionalidad dejó en firme y que les hace copropietarios de tierras que adquirieron sus ancestros en la época de la colonia.

Para conocer un poco más sobre el tema, consultamos a Jeremías Hernández, miembro de la Coordinadora Central Campesina Ch’ortí Nuevo Día, quien nos relató cómo la comunidad maya ch’ortí adquirió sus tierras, cómo las perdió y cómo las recuperó.

En la época de la colonia, los ch’ortí, tuvieron que acudir a la compra de tierras para asegurar las que les pertenecían. Porque, la administración colonial, había declarado esas tierras como terrenos baldíos y los pobladores tuvieron que comprarlas a 2 tostones por caballería. Adquiriendo un total de 635 caballerías.

A mediados de siglo XIX  lograron adquirir las escrituras y el título de la propiedad quedó a nombre del Común de indios o también llamado Común de Naturales de Santiago Jocotán.  

Según Hernández, en la época de Rafael Estrada Cabrera, se creó la ley de municipalidades, y cómo no tenían la certeza de qué tierras debían administrar, colocaron las tierras a nombre de las municipalidades y de vecinos de Santiago de Jocotán y en ese momento desaparece el Común de Indios o Común de Naturales.

Posteriormente, en 2000, cuando se instituye el registro de la propiedad, el título de la propiedad lo digitan únicamente a nombre de la municipalidad y quitan a los vecinos. Cuando la municipalidad quedó como dueña absoluta, fue un momento aprovechado por la familia Bosch Gutiérrez y en 2007 se adjudicó 1 millón de metros cuadrados de tierra para instalar la hidroeléctrica las Tres Niñas, a través de una concesión por 50 años, a razón de Q 200 mil. Pero según Hernández, se sabe que fueron más de 2 millones de quetzales los que mediaron para la aprobación.  Pero los empresarios lo único que lograron a hacer fue a medir el terreno, porque la población no permitió que se construyera.

Las comunidades comenzaron a reclamar a la municipalidad estas decisiones, y en ese momento se retomó el Consejo Indígena Maya Ch’ortí, descendiente directo del Común de Naturales. Se logró demostrar que hubo violación a los derechos de la propiedad porque quitaron a los vecinos sin previo aviso y se logró demostrar que la concesión se hizo de forma anómala. 

Con estos antecedentes el consejo indígena, que está conformado por ocho comunidades indígenas y Nuevo Día como terceros interesados, presentaron un amparo ante la Corte de Constitucionalidad (CC) en abril de 2015, solicitando la devolución de la copropiedad de la tierra. Un mes más tarde, la CC entregó un amparo provisional indicando que cualquier transacción de la tierra que se haya hecho en el registro de la propiedad del año 2000 en adelante quedaba sin validez, y por lo tanto la concesión de la hidroeléctrica quedó anulada.  Este amparo fue apelado por la municipalidad y la empresa.

Este lunes 27 de julio la CC notificó a las partes que la sentencia que se recibió en el 2015  quedó en firme, lo que significa que la copropiedad pasa a ser nuevamente de la comunidad, e implica que la municipalidad debe de coordinar con el consejo indígena para la administración de las tierras. 

Otro de los logros del pueblo maya ch’ortí, fue conseguir la certeza jurídica de la tierra.  En cuanto al corredor interoceánico, sus impulsores que están comprando tierras para poder realizarlo, no puede operar si no cuenta con la decisión del consejo indígena.  

Nuevo día es la organización defensora de derechos humanos especialmente de mujeres indígenas y niñez, además defensa de la defensa del territorio que organiza, facilita y ahora acompaña a la organización de comunidades indígenas en el territorio, y es tercero interesado en el proceso.  Cubren, Jocotán, Camotán, San Juan Ermita, Olopa y la Unión Zacapa lugares en donde habita el 80% de los chortís. 

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