Texto y fotografías: Juan Calles
Cuando Benedicto Lucas García declaró frente al Tribunal que lo juzga por delitos de lesa humanidad, aseguró que nunca usó los manuales militares ni creó estrategias militares a partir de ellos, porque en Guatemala no se vivió una guerra regular, según sus propias palabras.
Además negó y se mostró molesto cuando los fiscales del Ministerio Público (MP) o los abogados querellantes usaban el término enemigo interno, “No sé porqué me sigue hablando de esos manuales y esos términos si yo nunca los utilicé” dijo durante su declaración hace unas semanas atrás.
Hoy durante el octavo día de audiencia, se presentó a declarar la perito argentina Julieta Karla Rostica, que mostró un informe sobre el estudio “la colaboración argentina en la estrategia antisubversiva y sus consecuencias en Centro América”. En este estudio se evidenció la influencia argentina en las tácticas y estrategias de inteligencia militar que se usaron durante los años en que el Estado Mayor del Ejército estuvo dirigido por los hoy acusados.
Antes de que Rostica pudiera iniciar la presentación de su peritaje, los abogados de la defensa, en especial los abogados Manuel Anaya, defensor de Antonio Callejas y Callejas y Jorge Lucas Cerna, quien defiende a Benedicto Lucas García, se opusieron a que dicho peritaje fuera aceptado por estar elaborado fuera del país y porque supuestamente la perito posteó en su red social Facebook, sus sentimientos acerca del estudio a presentar en Guatemala. Sin embargo el juez Pablo Xitumul permitió que el estudio fuera mostrado, pues previamente y con anticipación, el mismo fue propuesto por el MP y las querellantes.
Manuales y prácticas que crean doctrina
La doctrina militar representa el fruto del trabajo intelectual de las experiencias propias de militares en servicio y la de otras naciones, para así “armar” las tácticas para enfrentar a un enemigo. La Doctrina Militar es el conjunto de conceptos básicos, principios generales, procesos y normas de comportamiento que sistematizan y coordinan las actividades de las Fuerzas Armadas de una nación.
Así, los militares de este país o cualquier otro, no pueden, no deben prescindir de los manuales de guerra, ni de los cursos y entrenamientos recibidos en el extranjero. La Doctrina Militar es medular para cualquier ejército.
De esa manera el estudio presentado por Rostica evidencia la Doctrina Militar del Ejército de Guatemala en los años 80, y de cómo se hace evidente que la cúpula militar hoy juzgada, tiene responsabilidad en lo ocurrido a la familia Molina Theissen, en especial a los hermanos Emma Guadalupe y Marco Antonio.
“El circulo represivo en los manuales militares guatemaltecos y argentinos incluyen la captura y desaparición de niños y niñas, como táctica psicológica para obtener información o lograr el objetivo de derrotar al enemigo ideológico”, concluye en su informe Rostica.
Además, la perito evidenció con documentos la presencia de Callejas y Callejas, director de la inteligencia militar en los años 80, en Argentina, entre otros oficiales que se formaron en aquel país.
Lo sucedido a los hermanos Molina Theissen es una copia al calco de las tácticas utilizadas en Argentina por la inteligencia de la dictadura militar del país del sur. Esto viene a evidenciar que la doctrina militar guatemalteca incluyó las prácticas de tortura, violación, detención ilegal, secuestro y desaparición forzada, incluyendo a niños y niñas, aunque Lucas García se empeñe en negarlo.