Muchas familias de San Martín Jilotepeque, Chimaltenango, conservan la tradición de recolectar zompopos, sin embargo, este año los cambios en el clima y el retraso de la época de lluvias esta práctica se hizo en junio y no en mayo.
Don Pablo Lara Valiente es una de esas personas que cada mayo, ahora junio, se dedica a recolectar zompopos junto a su familia.
Por Joel Solano
Don Pablo Lara Valiente, de la comunidad Chi Don Juan, ubicada en San Martín Jilotepeque, ha recolectado zompopos desde que tenía 10 años. A sus 70, continúa con esta tradición que se practica en varias comunidades del municipio, sin embargo, este año esta especie de hormigas no salió en mayo, como ocurre tradicionalmente, sino hasta los primeros días de junio.
Conocidas por su característico sabor y muy apreciadas en el mercado local, los zompopos, cuyo nombre científico es Atta cephalotes, constituyen una fuente de ingresos importante para las familias de San Martín Jilotepeque en esta época. En los mercados locales, una libra se cotiza hasta en Q250.

San Martín Jilotepeque está ubicado a 52.7 kilómetros de la ciudad de Guatemala. Y a 15 kilómetros de la cabecera municipal está la comunidad de Chi Don Juan, donde reside Pablo, que conserva en esta época la tradición de recolectar zompopos.
Don Pablo, quien comenzó a recolectar zompopos cuando tenía 10 años junto a su padre y sus hermanos, relató que estas prácticas se realizaban con las primeras lluvias que caían en el mes de mayo, pero esto ha cambiado.
El abuelo Lara tiene cinco hijas y dos hijos que lo apoyan durante esta época, también lo acompañan sus nietos que acuden a los zompoperos, unos hoyos donde habitan similares a las de las hormigas.
Los zompopos “fiesteros”
Don Pablo cuenta que tienen que estar pendientes de la temporada de recolección de las hormigas. “Regularmente hacemos turnos con mi hijo en las noches entre 10 o 11 de la noche para ver los zompoperos, se les alumbra con linterna y si se resguardan es porque no saldrán, pero si se les alumbra y salen más y más es porque saldrán de donde están”, explicó a Prensa Comunitaria.
La recolección inicia alrededor de la 1 de la mañana y se puede extender hasta las 5, cuando los atrapan y trasladan en tinajas o cubetas.

Actualmente la recolección que se realiza en junio depende mucho del invierno, que antes se establecía alrededor del 24 de mayo. Según el abuelo, los zompopos tienen una cualidad y es que salen cuando hay fiestas patronales.

“Por eso le decimos aquí que los zompopos son fiesteros, antes salían el 24 de mayo, ahora el invierno comienza a principios de junio, por eso cambió la recolección, en esta ocasión iniciamos el 5 de junio con las primeras lluvias que es lo que hace que salgan de donde están”, dijo.
Una libra puede costar hasta Q250
Los zompopos se venden en los mercados por libra. En ocasiones incluso se envían a familiares que residen en los Estados Unidos. Los precios oscilan entre los Q250, Q225 y Q150,00 dependiendo de la cantidad de zompopos que se pudieron juntar.
Si hay en abundancia los precios no suben, si escasean se encuentran a Q250.00 la libra. Al averiguar en el mercado local hay familias que venden la libra hasta en Q350.00.

Según el abuelo Lara cada vez que salen en busca de los zompopos recolectan de 8 a 18 libras por cada persona que lo apoya en esta actividad. Incluso llegan a juntar hasta 35 o 40 libras en los tres momentos de recolección de la temporada. A dos meses del inicio del invierno ya no vuelven a salir sino hasta el siguiente año.
¿Cómo se preparan?
Para deleitar unos zompopos primero se limpian, se le quitan las alas, los picos y se lavan. Luego se mezclan con el jugo de dos a tres limones y un poco de sal, se sazonan de 15 a 20 minutos y luego se doran a fuego lento para que tengan buen sabor. Posteriormente se puede disfrutar con un vaso de limonada.
Esta hormiga se puede encontrar en las comunidades de Cruz Nueva, Choatalún, Chujocón. Estancia de la Virgen, Chi Don Juan, Las Escobas Grandes, todas comunidades de San Martín. “Somos conocidos como pueblo zompopero”, dice don Pablo con orgullo.

El abuelo dice que dependiendo del clima de los lugares así son los sabores de este platillo. Hay lugares donde los zompopos son pequeños y en otros son grandes. Se alimentan de hojas y flores y mientras hay más vegetación tienen mejor comida.
En tierras cálidas como Chi Don Juan, Chijocón y Panatzán los zompopos son considerados mejores por su sabor.
Las familias aprecian a estos insectos por su historia y el sabor y porque son ricos en proteínas, se sabe que el zompopo tiene propiedades beneficiosas para el ser humano por eso su precio es alto y es lo que se disfruta.

Don Pablo compartió en la entrevista uno de los aprendizajes que tuvo durante su niñez cuando se dispusieron a escarbar en los zompoperos, pensando que se acumulaban en un solo lugar. “Nos dimos cuenta que se amontonaban en muchos lados y por puños, se dividen en tres grupos, el que sale a trabajar, como los obreros, que llevan la comida, los que cuidan a los que van creciendo y los guerreros, que defienden”, cuenta.
Y los de al lado, que son otro grupo, son los que se comen, “me sorprende cómo se organizan los zompopitos para apoyarse, es lo que me he dado cuenta en todo este tiempo como recolector de zompopos”, concluyó.