Mauro Calanchina Poncini y el settebello
Tiempo de lectura: 6 minutos Por: Manolo Vela. Los fotógrafos son seres extraños. Ven en cada paisaje una fotografía. No tienen paz. Piensan en ángulos, en la luz (y en las sombras), en el enfoque, los tipos de lente, el color. Y además, por si lo anterior no fuera suficiente: son terriblemente perfeccionistas, los grandes amantes del detalle. Así era Mauro Calanchina, el ciudadano suizo que, en 1972, a sus 20 años, llegó a Guatemala, el país que adoptó como suyo. “Aquí todo tiene sentido; en Suiza todo está hecho”,