El periodismo ambiental siempre ha estado presente en nuestra labor como Prensa Comunitaria. Desde nuestro origen, uno de nuestros ejes editoriales centrales ha sido comprender y explicar el impacto del modelo extractivo en la vida cotidiana a nivel comunitario y en la naturaleza.
Entendemos que el calentamiento global, las catástrofes naturales, la contaminación del agua y la pérdida de bosques nos afectan a todos, en especial a las poblaciones cuyas vidas están marcadas por sequías prolongadas, por lluvias excesivas y por la pérdida de la producción agrícola como la siembra de maíz, frijol, hortalizas y otros cultivos.
Entendemos que la desigualdad, y la marginalidad histórica a la que el Estado y las élites depredadoras han sometido a las comunidades indígenas y mestizas, hacen que los efectos devastadores de la crisis climática sean peores para la gente.
A través de nuestras investigaciones y coberturas sobre el impacto de la llegada de las empresas transnacionales a los diferentes territorios, para extraer oro, plata, níquel, agua, petróleo o palma de aceite, hemos corroborado cómo la opacidad y la corrupción desmedida y la falta de controles estatales no solamente provocan daños gravísimos a la naturaleza, sino que impiden una vida en condiciones dignas a la gente que los sufre.
Cuando, en plena pandemia en 2020, las tormentas Eta y Iota azotaron el país, esta preocupación tomó forma embarcarnos en un proyecto al que titulamos Entre Tormentas, un abordaje sobre los efectos de esas vulnerabilidades acumuladas, vistas desde el periodismo en el territorio. Retomamos el tema en 2024, desde una perspectiva más amplia, relacionando los efectos de las crisis climáticas con la cotidianidad de las comunidades indígenas y cómo, desde su propia cosmovisión, los comunitarios enfrentan riesgos y consecuencias de estas crisis desde la marginalidad y el olvido estatal, con el especial periodístico Oyeb’, relatos del tiempo en cinco colores.
En 2024, Guatemala se vio afectada por fenómenos gravísimos, como los incendios forestales y sequías que provocaron problemas en las cosechas e inseguridad alimentaria. Solo en ese año se incendiaron en el país medio millón de hectáreas de bosques. Junto con las tormentas y los huracanes, la situación ha empujado a migrar de forma forzada a miles de personas que han tenido que dejar sus hogares.
Las alteraciones climáticas suelen ir acompañadas de crisis alimentarias que, como hemos contado en nuestras entregas periodísticas, están también relacionadas con la depredación, y por la corrupción y la desigualdad. Ante esta desdía del Estado y sus agentes, hemos comprobado una y otra vez que son las personas organizadas quienes asumen el cuidado, la prevención y la reacción reparadora.
Todo esto intentamos contar en este especial al que hemos denominado Oyeb’, relatos del tiempo en cinco colores.
Este es un proyecto periodístico que recopila historias en algunos territorios de Guatemala, que busca entender cómo las comunidades se enfrentan o sobreviven, desde su cosmovisión, a los retos vitales que provocan las crisis climáticas.
Se trata de 45 historias agrupadas en cinco capítulos y cinco colores: Resistencia comunitaria, Relatos sobre clima, Saberes ancestrales, Paraísos comunitarios y Las que luchan. El especial es entregado en una plataforma escrita junto a la fotografía y la ilustración y, a través de siete piezas de cine comunitario que se enfocan en la cultura, tradiciones y sus formas propias de organización.