Perros, gatos y zapatos
Tiempo de lectura: 4 minutosPor Dante Liano Es de todos sabido que la palabra “perro” no muerde. También, que un perro real sí muerde. Ambas banalidades esconden una de las cuestiones esenciales del lenguaje: su relación con la realidad. Los seres humanos somos seres simbólicos: necesitamos, como del aire, de signos, imágenes y ritos. No nos basta el aspecto: