Miguelito
Tiempo de lectura: 5 minutosPor Dante Liano Esa tarde, ligeramente gris como las tardes de diciembre, en que el invierno pone fríos los pies y hace urgir una taza de chocolate a la hora en que la densa claridad se convierte en una penumbra o algo parecido a la penumbra, el peluquero notó, con tristeza, que no habría más