La Provincia Dominicana de San Juan Bautista de Perú y el Instituto Bartolomé de Las Casas, fundado por el sacerdote, informaron sobre el fallecimiento del fundador de la Teología de la Liberación. Los restos de Gustavo Gutiérrez Merino serán velados en el convento de Santo Domingo en Lima.
Por Simón Antonio Ramón
El sacerdote Gustavo Gutiérrez Merino Díaz, reconocido como fundador de la Teología de la Liberación, falleció este martes 22 de octubre en Perú, según informó La Provincia Dominicana de San Juan Bautista de Perú. A la misma hora, el Instituto Bartolomé de Las Casas, fundado por el sacerdote trasladó la misma información. “Con profundo dolor, comunicamos que esta noche ha partido nuestro querido amigo y fundador Gustavo Gutiérrez”, publica la entidad fundada por el sacerdote.
En su obra más conocida, cita el diario La Jornada, de México, Teología de la liberación. Perspectivas (1971), “llamó a la acción desde la fe y ofreció una crítica profunda al orden social y económico de la época. Su enfoque situó la experiencia de los oprimidos en el centro de la praxis cristiana, generando tanto apoyo como controversia dentro y fuera de la Iglesia católica”.
“La pobreza es para la Biblia un estado escandaloso que atenta contra la dignidad humana y, por consiguiente, contrario a la voluntad de Dios”, publicó el diario mexicano citando el libro de Gutiérrez.
En 2018, el papa Francisco reconoció su contribución a la Iglesia y a la humanidad, enviándole una carta por su cumpleaños 90 en la cual agradeció su servicio teológico. “Me uno a tu acción de gracias a Dios y también a ti te agradezco por cuanto has contribuido a la Iglesia y a la humanidad, a través de tu servicio teológico y de tu amor preferencial por los pobres y los descartados de la sociedad”.
El fundador de la teología de la liberación y sacerdote diocesano, miembro de la Orden Dominica, recibió más de una docena de doctorados honoris causa por universidades de Alemania, Holanda, Suiza, Estados Unidos, Argentina y Perú.
Gustavo Gutiérrez publicó alrededor de una veintena de libros. Entre los que destacan La fuerza histórica de los pobres (1979), Hablar de Dios desde el sufrimiento del inocente (1986), ¿Dónde dormirán los pobres? (2002) y la más conocida Teología de la liberación. Perspectivas (1971).
Gustavo Gutiérrez Merino Díaz nació el Lima, Perú, en 1928. Sufrió de osteomielitis, enfermedad que lo tuvo postrado y en silla de ruedas hasta los 18 años. Había iniciado estudios de medicina en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, al descubrir su vocación sacerdotal, la abandonó e ingresó al seminario limeño.
Fue párroco en la Iglesia «Cristo Redentor» del distrito del Rímac, donde tuvo una estrecha relación con la población humilde y trabajadora. “La densidad de estas vivencias le proporcionaron las condiciones para elaborar una reflexión teológica encarnada y con los pies en la realidad”, publicó el Instituto Bartolomé de las Casas en las memorias del sacerdote.
Teología de la Liberación
La Teología de la Liberación es una doctrina de la Iglesia católica que plantea reflexiones sobre las relaciones de la iglesia con las personas y familias que sufrieron las condiciones socioeconómicas y la agitación política y cultural en las décadas de 1950 y 1960.
Sin embargo, esta doctrina enfrentó desafíos en las altas jerarquías de la Iglesia católica, que llegó a ser considerada como subversiva y se alejó de las doctrinas emanadas desde el Vaticano.
“El proyecto de Gutiérrez se inscribe en el movimiento de renovación de la teología y en el giro hacia una interpretación socio-política del mensaje de Jesús”, señala en la publicación del Instituto Bartolomé de Las Casas en memoria del Gutiérrez, escrito por Silvia Cáceres Frisancho, coordinadora del área de reflexión teológica de esta institución.
Reacciones
“Su forma de entender el Evangelio le costó la incomprensión y el rechazo de la jerarquía. El papa Francisco atajó las críticas y alabó su trabajo, animándole a continuar escribiendo”, publicó el escritor y crítico literario español Rafael Narbona, en su cuenta de X.
“Su obra teológica y pastoral, así como su vida misma, han sido durante décadas una guía permanente para quienes nos sentimos comprometidos con la búsqueda de la justicia y La Paz y con la construcción de una sociedad más humana en nuestro país y en el mundo”, publicó el Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica de Perú.