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Créditos: Prensa Comunitaria
Tiempo de lectura: 2 minutos

Por Edgar Gutiérrez Girón

Se coligen de la audiencia de primera declaración

De la audiencia de primera declaración (8 y 9 de agosto) del caso Zamora/Gómez, tengo siete conclusiones preliminares:

  1. El juez Orellana debió inhibirse por conflictos de interés: tiene nexos con el grupo querellante adhesivo, cuyo abogado es a la vez defensor y mandatario judicial de García Navarijo (denunciante y agente encubierto de facto); sostiene nexos afectivos con la fiscal Monterroso, como lo coligen testigos de sus frecuentes visitas (obsequiosas) a la señora en la FECI; su juzgado conoce otras causas del propio García Navarijo.
  2. La fiscal Monterroso no es profesional, la mueve el resentimiento personal contra Jose Rubén Zamora, tras las publicaciones en elPeriódico que la califican de “topo” del Pacto de Corruptos. Un MP que al menos guarde las formas debe sustituirla.
  3. Todo lo que la fiscal Monterroso dijo y mostró pinta de cuerpo entero un montaje y una emboscada contra Zamora. El MP se manifiesta sin ambages en este caso como instrumento de persecución política: durante un año le da seguimiento al periodista y realiza una operación encubierta empleando a un convicto, que le exige a cambio a la FECI el acceso a sus cuentas pendientes de extinción de dominio por su presunto origen ilícito, las que ascienden a Q 33 millones.
  4. Para admitir audios ilícitos de García Navarijo, el juez Orellana sometió su tribunal al fuero español, obviando las fuentes de derecho interno. De juez contralor del debido proceso se convirtió en magistrado intérprete de la Constitución.
  5. El juez retira el cargo de conspiración contra Zamora (editaron mal los audios: es García Navarijo quien sugiere la conspiración) y deja lavado y chantaje, sin indicios. Orellana tolera la pérdida de cadena de custodia del dinero en efectivo. Demasiados frutos del “árbol prohibido”.
  6. La fiscal auxiliar Samari Gómez es inocente. Nada la incrimina. Su propia defensa técnica fue magistral e hizo caer como castillo de naipes el montaje, mostrando su tosca costura y un rosario de ilegalidades. La ligan a proceso para quitarla del camino y que Curruchiche de la FECI le cumpla a García Navarijo.
  7. Cae de su peso: este es un caso de persecución política contra Zamora y de obstrucción de la justicia en uno de los casos de García Navarijo. Zamora y Gómez enfrentan una causa sin garantías procesales. Injustamente los mantendrán en bartolina, en condiciones muy precarias -una hora al día para recibir aire y luz natural- hasta el próximo año, muy probablemente, cuando programen la audiencia de apertura a juicio.

El periodista Zamora y la fiscal auxiliar Gómez no son un caso aislado. Con ellos inicia un patrón de persecución contra la prensa independiente. Si antes de concluir el 2022 logran su objetivo de callarla, en enero irán contra los políticos incómodos. Con el terreno despejado los del Pacto verán cómo se las entienden para administrar entre ellos las elecciones de 2023.

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